La creciente digitalización de los servicios es una tendencia que el sector bancario no puede ignorar. Las entidades financieras están invirtiendo significativamente para mejorar la experiencia del cliente y satisfacer las demandas del público más joven, que espera poder gestionar sus finanzas desde cualquier lugar y en cualquier momento.Sin embargo, este proceso de digitalización no está exento de desafíos. Las entidades enfrentan numerosos obstáculos, incluyendo cuestiones de seguridad, optimización de procesos y, especialmente, la necesidad de un cambio cultural tanto para los clientes como para los empleados.Es crucial que la digitalización se acompañe de una gestión eficaz del cambio interno, y que se anticipe y guíe el cambio cultural entre los usuarios, asegurando así una transición fluida hacia un modelo de banca más digital y accesible.